jueves, 4 de diciembre de 2008

CULTIVO DEL TABACO

Tabaco, nombre común de varias plantas cultivadas por sus hojas que, una vez curadas, se enrollan para elaborar los puros, se trituran para utilizarlas en cigarrillos y pipas, se procesan para obtener tabaco para masticar o se pican para obtener rapé, un polvo que se consume aspirándolo por la nariz. El tabaco contiene nicotina, una droga que genera adición y que también se ha utilizado como insecticida.
El tabaco pertenece a la familia de las Solanáceas. Hay más de 70 especies de tabaco, 45 de las cuales son originarias del continente americano. Las dos especies cultivadas, el tabaco común o mayor y el tabaco menor, son dos plantas anuales. La primera alcanza entre 1 y 3 m de altura y tiene un tallo grueso y leñoso con pocas ramas laterales. La planta produce entre 10 y 20 hojas anchas, sentadas, que se disponen alternativamente sobre el tallo central. Las flores, en forma de tubo, son rosadas o purpúreas. El tabaco menor alcanza los 0,6 m de altura y tiene un tallo más delgado y menos leñoso que el del tabaco mayor. Las hojas tienen un pequeño peciolo con el que se unen al tallo. Las flores son amarillo verdosas.

Crecimiento y cultivo

El tabaco crece tanto en regiones tropicales como en zonas templadas. La planta prefiere suelos fértiles, sueltos y bien drenados, así como temperaturas cálidas, con un periodo libre de heladas durante la fase de crecimiento de entre 120 y 170 días. Algunos factores ambientales, como el tipo de suelo o la humedad, pueden afectar a las características de la planta.
El ciclo anual del cultivo del tabaco comienza con la siembra de las semillas, que son muy pequeñas: un millón de semillas solo pesa unos 80 gramos. Las semillas se siembran en semilleros especialmente preparados o en bandejas flotantes, de manera que las plantas recién brotadas cuenten con las condiciones edafológicas requeridas.

Una vez que han transcurrido uno o dos meses después de la siembra, los agricultores trasplantan las plántulas desde el semillero hasta el campo. Posteriormente, transcurridas unas ocho semanas del trasplante, se cortan las flores, para favorecer el crecimiento de las hojas; este proceso recibe el nombre de despunte o desmoche. Cuando las hojas maduran, se procede a la recolección.

La planta del tabaco puede ser atacada por un amplio grupo de insectos, bacterias, hongos y virus. Para evitarlo, además de utilizar las cepas más resistentes, se puede aplicar un fungicida al suelo para controlar las enfermedades provocadas por los hongos, como el mildiu o el moho azul. También se puede fumigar el suelo para controlar los nematodos, pequeños gusanos cilíndricos que atacan las raíces. Además, se utilizan herbicidas para evitar la propagación de las malas hierbas, e insecticidas para controlar los insectos.

Curado

El curado es un proceso de secado o pérdida de agua en condiciones controladas. Hay cuatro métodos de curado y el método empleado depende del tipo de tabaco y del uso al que vaya a estar destinado.

El tabaco curado al aire se mantiene en secaderos ventilados entre seis y ocho semanas, protegido del viento y del Sol. Este tabaco es bajo en azúcar, con un aroma dulce y suave, y alto en nicotina. Los puros y el tabaco burley se curan al aire.

El tabaco curado con fuego se seca mediante el calor aportado por una hoguera encendida en el suelo del barracón, lo que proporciona a las hojas un característico aroma ahumado. El proceso dura entre tres y diez semanas y origina un tabaco bajo en azúcar y alto en nicotina. El tabaco para pipa, para masticar o esnifar está curado con fuego.

El tabaco curado con calor se mantiene en una habitación cerrada provista de conductos de aire caliente o humeros, sin exponerse directamente al humo. Este tabaco, alto en azúcar y con niveles medios o altos de nicotina, se utiliza en la fabricación de cigarrillos y se conoce como tabaco de Virginia o tabaco bright (“brillante”), debido al color dorado, anaranjado o amarillento que adquieren las hojas. Es el método de curado más rápido, pues dura aproximadamente una semana.

El curado al Sol, característico de algunos países mediterráneos, produce un tabaco bajo en azúcar y nicotina, denominado tabaco oriental, que se utiliza en la fabricación de cigarrillos.

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